Y es que me gustas casi tanto como el chocolate, la nata, como las nubes. Casi tanto como el olor a pólvora, andar descalza, como el acento italiano. Me gustas casi tanto como los cacahuetes, como el helado de vainilla con cookie, como tener el pelo mojado. Casi tanto como me gustan los Viernes por la tarde, los secretos, las cosquillas. Casi tanto como la espuma, el caramelo, casi como las palabras, como los libros, como las caracolas. Me gustas casi tanto como las sonrisas, como los reencuentros, como la música lenta. Me gustas, tanto como las películas ñoñas, como las estrellas, como la risa de un niño pequeño. Me gustas casi tanto como la hierba verde en verano y la nieve blanca en invierno, como las hojas ocres en otoño, como las margaritas blancas en primavera. Me gustas mucho, libertad.
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